martes, 28 de octubre de 2008

¿Nos vemos solo en los velorios?


Esta situación me sucedió hace un par de meses.

Una mañana estaba en mi habitación haciendo cualquier cosa, quizá importante como no también. De pronto suena la puerta, era la niña que trabaja en mi casa. Traía un papel que yo no había notado. Sus palabras pudieron causar un paro cardiaco a cualquiera. “¿Es tu madrina la señora Lucía Bravo? Acaban de llamar diciendo que ha fallecido”.

Yo no sé que cara habré puesto. Sus palabras acompañantes fueron: “Ay no sé, la están velando en esta dirección” y me dio el papel con un teléfono. Fueron diez segundos en los cuales se me vinieron a la mente toda una vida con mi madrina: una señora exitosa, muy buena madre y joven aún; y el por qué yo solo la visitaba muy eventualmente pudiendo haber sido más tiempo. Mis pensamientos se interrumpieron con la voz de la chica que me sugirió que llame.

Obviamente tenía que llamar. Marqué el número y al parecer me contestó la chica de la casa de allá. No quise preguntar por mi madrina así que pregunté por mi padrino. Mi interlocutora me dijo que estaba trabajando. Titubeé un instante antes de atreverme a preguntar por mi madrina pero lo hice. Me respondieron que estaba haciendo los trámites del fallecimiento de su mamá.

La verdad fue un alivio tremendo saber que todo fue una confusión. No es que esté contento por el cese de la madre de mi madrina, pero al menos sé lo que es que alguien esté muerto por unos minutos y resucite luego. Le di una pequeña requintada a la chica que se confundió. Todo ese día anduve medio sensible porque es algo muy fuerte eso de la muerte, así sea solo por unos minutos. Mas tarde fui al velorio y me pude reencontrar con mi "resucitada" madrina.

Esta situación me hizo pensar muchas cosas. Una vez escuché a uno de esos tantos filósofos que se suben al transporte público algo interesante: “Como aquellas grandes familias que solo se ven las caras en los velorios” muy chocante pero muy cierto a la vez. Esperamos que alguien se muera para conocer o ver a muchos parientes de los que vivimos alejados y mientras podemos verlos, nunca lo hacemos.

Espero que nunca te pase algo como lo que me pasó. Ni siquiera
por un minuto.

viernes, 24 de octubre de 2008

¿Viva la competencia?...

¿Saben amigos lectores? no vale la pena hacerlos partícipes de mis conflictos personales, lo único que esto genera es cargar de cosas negativas este blog que cada día crece más y eso está mal, discúlpenme ustedes. Sí pues, he tenido conflictos con otro blogger que se creía más de lo que es, así pasaron las cosas, la verdad hay que decirla de frente. No voy a decir de quien se trata porque no vale la pena, es un blog recontra malaso y no lo merecen, discúlpenme por involucrarlos de verdad.... gracias........... :)






lunes, 13 de octubre de 2008

Entre la espada y la pared (II parte)

(Si alguna vez has buscado trabajo, trabajado o te has sentido víctima de injusticia en algún proceso de selección, esta entrada se identifica contigo)
Hace un tiempo hablé de lo difícil que es buscar trabajo y además conté que había enviado un currículum quedando pendiente contar sobre qué era, pues bien…ante la derrota está la experiencia.

A diferencia de otras situaciones
de triste final, esta vez sí recibí una respuesta positiva, al menos para el proceso que es después de la entrega del CV: Las dinámicas. Primera vez que una empresa seria se fijaba en mí. Recuerdo que la llamada interrumpió mi desayuno de miércoles: Aló, dije; Sí, con el Sr. Joseph Tarrillo, llamamos de innovación empresarial (gestora de recursos humanos) por encargo del Banco de Crédito para que mañana se acerque a nuestras oficinas a realizar unas dinámicas, OK. Quedé.

La empresa a la que mandé mis papeles es el Banco de Crédito (BCP). Si bien no es el mejor banco del Perú trata de serlo; lo que sí lo defiende es la gran cantidad de agencias que abre, y es por eso que se contacta con jóvenes universitarios necesitados de dinero o que estén descontentos con
su vida y traten de opacar sus vacíos emocionales aumentando su economía personal. En mi facultad por ejemplo hay una fiebre del BCP, en cada salón al menos 2 del turno noche trabajan allí.

En mi casa todos se emocionaron, más que yo incluso, el banco generó algo de expectativa, personalmente me gustó la idea de entrar en competencia y conocer que había después de la entrega de CV. Es cuando te gusta como pasan las cosas en vez de qué pasa; y aparte de la necesidad de dinero, fueron las razones que motivaron mis escasas ganas de trabajar. Alisté todo lo que necesitaba el día anterior y ya estaba listo para el gran reto: salir airoso.

La entrevista fue en la mañana (8:30), recuerdo que hizo mucho sol y yo con el incómodo terno negro. Vestido como gente y con la bendición de mis viejos me fui en taxi. Algo que tienen las personas es que cuando hay situaciones así, todos te aconsejan, todos se vuelven psicólogos y te dicen has esto has el otro. Fue el caso del taxista, diciéndome que trate al entrevistador como a un amigo y jamás me cohíba.

Al llegar vi a muchos chicos de mi edad, con papeles bajo el brazo, esperando en la calle. Diez minutos después de la hora pactada entramos. Nos ubicaron en asientos para hacernos esperar de nuevo. Luego, nos explicaron el asunto. Ellos seleccionarían al personal que mandarían al banco y este no exactamente se quedaría con todos. Traducción: Son demasiados para pocas vacantes.

Comenzamos llenando algunas fichas para luego entrar de lleno al proceso de selección que constaba de tres partes: dinámica grupal, evaluación psicotécnica y entrevista personal. Si pasabas la última te citaban con los funcionarios del banco, si la hacías allí, podías denominarte “banquero”.

Sin más preámbulos…. ¡empezó la selección!

Nos separaban en grupos de diez y nos mandaban con un evaluador encargado. Todos los chicos estaban callados y nerviosos, el ambiente a “estoy fingiendo para que me contrates” (incluyéndome) se respiraba y hasta se veia. El psicólogo se presentó y nos pidió que hagamos lo mismo
además de mencionar dónde y qué estudiábamos, y por último indetificarnos con un objeto que llevemos sustentando el porqué.

Lo que se me ocurrió fue mi lapiz porque “aparenta simpleza, pero puede servir para miles de cosas”. Escuché varias alternativas como relojes, zapatos, pulsera, chompa, libros (que la persona no portaba) y hasta un MP3 “que daba consejos”. Luego nos hicieron debatir por un rato y finalmente, el observador se retiró con su asistenta para llegar a un acuerdo de quienes siguen y quienes...(ustedes ya saben).

Él regresó diciendo: “las siguientes personas pasan a evaluación psicotécnica, el resto se va a la mierda, (no mentira) el resto gracias por su tiempo” y comenzó a llamar.

Fui el tercer de cuatro en ser mencionado, ¡me llamaron!, ¡pasé!, definitivamente estaba mas que contento, me estaban saliendo bien las cosas. La sigiente prueba era al medodía así que tenía hora y media para no hacer nada. Con los otros tres seleccionados (Marylin, Alex y Allan) fuimos a un centro comercial cercano a conversar y conocernos.

Regresamos a la hora acordada, la empresa había seleccionado gente mientras no estábamos y por ende estaba un grupo grande para la prueba que íbamos. Como yo estaba empilado no me puse nervioso hasta que llegaron las hojas: Razonamiento matemático: “La puta madre, acá me cagaron carajo” fue lo primero que pensé, siempre he sido lento para los números (¿paradójico para el puesto que postulaba verdad?). Eran ejercicios con tiempo y puntos e contra. Pero no me podía dar para atrás, en casa etaban esperándome y los resultados se sabrían el mismo día. Atiné a contestar sólo las que me salían, sin dejarlo al azar. Acabó el primer ejercicio. Me puse recontra tenso cuando le pregunté a Alex cuanto hizo. Él 16, yo 4 de secuencia numérica. Seguir adelante nomás y lo que se venga.

Todo en contra mía: el tiempo, los ejercicios y un celular que estaba sonando en otra área que me desconcentraba más de lo que estaba, hasta las huevas. Terminaron todas las pruebas y se fueron a corregirlas. Se escuchaban murmuros entre la tgente, todos tensos. Veinte minutos después que parecían horas vino la evañluadora diciendo :”LAS SIGUIENTES PERSONAS SE ACERCAN POR FAVOR” y comenzó a vaciar su lista. Me llamaron. Mientras caminaba esos pocos metros pensaba en lo que me iba a decir “gracias por su tiempo pero no pasa la prueba”.

Antes de la prueba pensaba mucho, pensaba en :SI TAN SOLO LLEGARA A LA PSICÓLOGA SERÍA PERFECTO PORQUE DEFINITIAMENTE ELLA SE DARÍA CUENTA DE LA PERSONA QUE SOY Y ME CONTRATARÍA. Yo ese día fui totalmente mentalizado a positivo. “Yo no necesito del banco, EL BANCO ME NECESITA, YO LE ESTOY HACIENDO EL FAVOR AL TRABAJAR ALLÍ” era mi motivación que podía acabar con esa llamada.

¡si se puede!

Imensa fue mi sorpresa al saber que los que fuimos llamados eramos los seleccionados. Al ver bien solo llamaron a 8 (entre ellos yo) y un manchón de cincuenta personas se quedarn atrás. ¡Había pasado la prueba de MATEMÁTICAS! Esraba muy cerca del puesto de trabajo, no lo podía creer. Seguía la enrevista pesonal. Fue una fiesta interna total. Los chicos que conocí también pasron. Gruté al salir del local. Era lo máximo, al día siguiente en la mañana teníamos la entrevista, sólo que en horarios distintos. Nos despedimos y nos deseamos suerte.

Al llegar a mi casa se transitió esa alegría. Lo iba a lograr, estaba totlmente motivado. A estas alturas del partido0 no me podía echar atrás, había subido muy arriba. Era el mejor postulante, ¡claro que puedo!

Busqué a peronas que me pudieran aconsejar pata la entrevista de mañana, y luego de empaparm
e de consejos, ya estaba listo para el paso final.

Si estás mas arriba…

En la mañana de ese día me desperté solo, me alisté para ir mentalizado a ganar. Antes de salir mi mamá me puso unas plantitas en el bolsillo del saco y me dio la bendición. Por su parte mi papá hizo algo que dejó de hacer hace mucho: me dio un beso en la mejilla diciéndome “tu eres el mejor”. Recordé la canción de Miguel Mateos: “Solo quiero jugar / soy el sueño de mamá y papá / yo no les puedo fallar” y no podía fallar por spuesto, llegó la prueba que quería. Iba a demostrar quién era y definitivamente una persona como yo no la puden dejar pasar (o eso creí).

Llegué veinte minutos antes de las 10:30am la hora pactada, la empresa seguía seleccionando gente, vi a los chicos del día anterior, nos hicieron llenar más fichas (me aburría llenar tantas) y todas con los mismos datos.

Media hora después de las 10:30 me llamaron. Subí al segundo piso con la psicóloga que me iba a entrevistar. ¡Vamos carajo hoy la hacemos! ¡Solo hazte su pata! Pensaba, porque hay psicólogos que son chéveres pues, te hablan como conversando…pero la que me tocó.

Al cruzar la puerta de la habitación vi que era dos psicólogas y me puse tenso. Con una conversaría y la otra me observaría. Empezó el bombardeo de preguntas y me sentí inseguro de mí mismo ¿Motivación dónde estás? Me confundía en mis respuestas, incluso le dije que no recordaba una respuesta y me dijo: “Tienes que recordar”. También le dije que quería trabajar por cuatro años (mentira). Preguntas sobre dilemas con compañeros de trabajo en sitios anteriores eran frecuentes y sobre mi casa y cómo relaciono mi carrera con el trabajo (la verdad ni sabía).

Al terminar me dijo que llamarían a partir del 15 de setiembre (un mes más o menos de los hechos). Me fue mal en la entrevista, sabía que lo había hecho mal, me canceló la psicóloga, estaba inseguro y cohibido, me fui algo triste y es que cuando más alto subes más duele la caída.

Llegué a mi casa y mis viejos notaron el bajón, les dije que a diferencia de ayer esta vez no sabía a ciencia cierta si había pasado pero les dije que hice bien las cosas (floraso), se la creyeron. Solo debíamos esperar la llamada (que no llegaría).


Pasaron los días y la llamada nunca llegó, guardé un poco de esperanza sí no lo voy a negar. Llegó el 15 , el 18 y nada. Me había enterado que desde el 10 estaban llamando gente. Esa psicóloga apática, incolora y más seca que un charqui me canceló, por algo será.

La verdad ya no me importa el banco, no me interesa trabajar allí y no hablo por la herida, es un buen trabajo y todos los trabajos son honrados solo que ya no me interesa, nunca me interesó ser cajero. Me enteré que llamaron a Marylin y Alex, felicitaciones chicos, de verdad.

Otra vez estoy buscando chamba, otra vez he enviado un CV. Otra vez espero respuesta, otra vez espero respuesta. Otra vez espero que sea positiva.

Ojalá te haya gustado este relato, si te sirvió mejor. Si quieres saber más de lo que es un proceso de selección solo pregúntame, no hay problema.

A manera de colofón hice unas pequeñas suposiciones de por qué la psicóloga no me llamó aquel día.

Talvez la psicóloga ese día notó:

Que se me estaba cayendo la máscara
Que no soportaría la vida burocrática, monótona y aburrida de un banco.
Que le tengo miedo a trabajar.
Que sería de las personas que llegan tarde y se van temprano
Que no tengo la paciencia para aguantar a algún cliente imbécil que se me presente
Que no aguantaría pulgas y sería capaz de ponerme uno a uno con algún superior incapaz a decirle sus verdades.
Que odio la diplomacia
Que soy demasiado soñador
Que estudio ciencias de la comunicación (publicidad, producción audiovisual) y no administración bancaria.
Que creo que el Interbank y el Banco continental son mejores que el BCP.
Que podría ocasionar una rebelión
Que le mentí al decirle que quisiera trabajar
Que le mentí al decirle que quisiera trabajar por más de cuatro años.
Que odio la matemática y por eso creo que las letras y la creatividad te llevarán más lejos.
Que jamás hubiera luchado por ser el empleado del mes.
Que escribo y PIENSO



Por esto y muchas cosas más… este año el banco no me dará mi pavo de navidad.