jueves, 26 de marzo de 2009

Hay veces...


Hay veces que las obligaciones y las responsabilidades que vamos asimilando nos privan de lo que realmente nos gustaría hacer…

Y créanme que muchas veces ese floro no me lo creí. Por ejemplo: Varios músicos me decían que dejaban de tocar por estudios, trabajo, etc. Lo primero que hacia era preguntarme por qué, y es que si algo a uno realmente le gusta no debería dejar de hacerlo, realmente para mi cerebro era algo inconcebible y muy criticable.

Tengo tantos proyectos que no sé si me alcanzará la vida para realizarlos. Poco a poco la vida responsable te va absorbiendo y te va haciendo insensible a la necesidad que tenías de querer realizarlos. Yo no me imaginaba en un horario de estudio sin tener tiempo para tocar. Ahora, hace más de un año que no me junto con lo que era “mi banda” para ensayar, y con el floro de “luego lo hago” voy postergando los planes, sean cual sean, que me hacían sentirte en las nubes.

Precisamente este post lo estoy creando en el trabajo, porque bueno, el último escrito es del mes de enero, y ya es mucho roche sin postear tanto tiempo. En mi despedida del año pasado prometí darle dedicación a mi blog, pero con tantas responsabilidades aquellas cosas que a uno le gusta realmente hacer quedaron atrás, en el buzón de espera, como ese documento que espera ser aprobado dentro de nosotros. ¿Dónde está la responsabilidad que prometí? Todos aquellos que entraron alguna vez merecen una disculpa de mi parte, esta vez no voy a prometer nada, simplemente actuaré.

La vida es así, todos crecemos, nos vamos realizando y dejamos ciertas cosas atrás. Pero yo sé que de alguna manera estas cosas que “dejamos atrás” nos pueden ayudar a desarrollarnos, aún más de lo que pensamos o lo que nos dicen los demás, así que si tienes algún proyecto: ¡pa´ lante nomás! ¡¡Dale con fierro a fondo!!


Porsiacaso este post no es mi retirada, colegas estén tranquilos… ya que si no escribo o no pienso en lo que voy a escribir…colapsaría en el instante.