martes, 23 de febrero de 2010

La vida moderna de DL (Parte I)




Cualquier parecido con la vida real… ya saben ustedes.
El día que DL regresó a trabajar no salió el sol. Era una mañana totalmente gris, como esas albas invernales o como las del último verano. Estuvo revolcándose en la cama hasta las 8:30 por la trasnochada anterior que fue sin algún motivo importante (como todas las trasnochadas). Bueno, a pesar de su cansancio no había otra opción más que alistarse y prepararse para el regreso, las vacaciones terminaron. En el closet le esperaban la camisa planchada y el pantalón de vestir recién lavado, al seco. Evitó el desayuno, pues prefirió comprar algo en las dispensadoras antes de entrar al turno que le asignaron para esa semana.
Por alguna razón casi inexplicable DL no se sentía bien. No era un malestar que provenía de alguna enfermedad o de su cansancio por la falta de sueño, era quizá la tristeza de ver morir a las vacaciones (1). Si bien en ellas no hizo las cosas que la gente suele hacer cuando descansa, trató de sentirse como realmente es: Dedicado a aprender, un eterno curioso. Aprender de todo un poco y hacer “pequeñas grandes cosas” lo eran todo para él, algo que quizá los demás no entendían. Se propuso a leer y escribir mucho, sin embargo la flojera se lo impidió (aunque no totalmente). Tampoco seré pesimista y diré que sus asuetos fueron improductivos, realmente, fueron un sacrificio a su crecimiento personal.
Lamentablemente, esto no sería para siempre. Su trabajo parecía que sí. Esa mañana, salió más temprano de lo normal. El bus que lo llevaba no se esforzaba por ganarle a nadie, pero como el tiempo sobraba, no sería problema. Llevaba un libro que iba leyendo con mesura, una novela, la cual se identificaba mucho con él y lo hacía reflexionar (el protagonista contaba que le gustaban los días rutinarios en su faena porque le permitían pensar en diversas cosas, incluso hasta soñar).
DL pensaba mucho por esos días, su regreso al trabajo no fue como le hubiera gustado que sea. Ya no era lo mismo, la verdad nunca lo fue. Su personalidad le impedía encajar en los parámetros que le venían pidiendo, y en su época de ausencia, logró reafirmar sus creencias.
Pero lo peor fue cuando llegó a una conclusión realmente jodida: Al parecer la vida que lleva, no es la que le gustaría tener. Y con eso no me refiero a puntos económicos. Digamos que, su vida moderna le permite darse ciertos lujos que a muchos como él le son impensados. Maneja dos tarjetas bancarias, gana un sueldo respetable (algo que ya es bastante) viste ropa de marca, entre otras cosas relacionadas al tema. Sin embargo, la cosa no acaba allí. Un día antes, en su insomnio, pensaba: “Las cosas no van bien carajo, y cómo hago que vayan bien. Mando a la mierda mis obligaciones y me dedico a llevar la vida que quiero, pero mi entorno me lo impide. Entonces, cambio de entorno… eso es casi imposible” El tema es serio, el entorno lo obligaba a llevar la vida que no le hubiera gustado tener, pero así es la vida, y si solo es una… ¿La está perdiendo? ¿Y si salta, y resulta que es algo vacío?    
Continuará...
(1)El verdadero motivo aún es un misterio

No hay comentarios: